"Pa lo que me pagan..."

Decir en un entorno laboral "pa lo que me pagan", supone tanto como admitir que eres un producto low cost. Como cualquier aerolínea de bajo coste, eres capaz de ofrecer muchos más servicios por los que podrías cobrar pero decides no hacerlo. Bueno, tal vez no lo decides tú, tal vez, en el fondo, sabes que no hay más por ofrecer porque el producto es mediocre. Claro que admitirlo cuesta, más en público pero tal vez sea esa la verdadera razón por la que no das más.

El mercado laboral es eso: mercado. Funciona según las leyes de la oferta y la demanda y tú mereces cobrar tanto como alguien ahí fuera, esté dispuesto a pagar. ¿Es acaso mi vivienda peor ahora que hace unos pocos años? Lo cierto es que no encuentro a nadie capaz de pagarme lo mismo que me pagaban en 2007. 

Pero negarse a hacer por considerarse mal pagado es de gandules. Si realmente crees que hay alguien fuera que te valoraría más, ¿por qué no te vas? Supone un cierto esfuerzo pero, si tienes razón, el cambio compensa.

Este tipo de frases suelen ir ligadas a otras del tipo "las empresas se aprovechan". ¿Acaso no se aprovechaba hace unos años un chaval de 20 años que sin oficio ni beneficio cobraba 3.000 euros al mes trabajando en la obra? Es lo malo y lo bueno de un mercado, que cuando tu producto está en auge, aprovechas la situación. Si no lo está, asimilas o cambias de producto. A pesar de que algunos dicen que "se genera empleo precario" y sólo ven la parte negativa, yo creo que lo primero es que baje la oferta de mi producto (mano de obra) para que empiece a ser valorado. 

En un entorno de baja oferta (todo el mundo trabajando) y alta demanda (empresas que necesitan contratar), aquellas organizaciones que ofrezcan peores salarios no encontrarán "producto" y deberán mejorar sus condiciones. Así sucesivamente. Eso sí, cuando eso suceda (y sucederá), tu trabajo seguirá valiendo lo que diga el mercado. Tú no serás mejor profesional del mismo modo que ahora tampoco eres peor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Echa la culpa a otro. Serás mediocre pero feliz

Delegar no es asignar tareas

Ventajas y desventajas de la subcontratación