Justo Molinero: ¿Ejemplo de comunicador?

Hace unos años discutía con un gran profesional del mundo de la radio, @JoanBarutel, sobre la figura de Justo Molinero y su éxito en una emisora que él mismo había hecho crecer desde el principio para convertirla en una de las más escuchadas de Cataluña. Me parecía increíble que alguien con un acento andaluz tan marcado, una vocalización mejorable y un vocabulario que yo consideraba tan básico (era una opinión personal) tuviera tanta audiencia.

@justomolinero rompía con otra premisa que yo consideraba básica en el mundo de la radio musical: la neutralidad. Abiertamente simpatizante de CIU, con un discurso muy catalanista, a pesar de que buena parte de sus oyentes son del sur de España. Incluso en alguna ocasión se ha mostrado partidario de la independencia de Cataluña


En definitiva, para mi el fenómeno Justo Molinero escapaba de cualquier explicación lógica, aunque la realidad era muy simple. Joan escuchó mis argumentos y los respondió con una sola frase: "Juanma, habla como la gente a la que se dirige". Era cierto, la gente no dice "cinco minutos y llegamos a las doce", sino "son las once menos cinco" o "el nuevo single" sino "la canción nueva". Otros locutores son técnicamente muy superiores al dueño de Radio Teletaxi, pero no conectan de la misma manera con su audiencia porque los oyentes no le perciben de igual a igual. Justo baja al ruedo, habla de la misma forma que sus oyentes y opina igual que lo hacen ellos, sobre cualquier tema.

Han pasado muchos años desde aquella conversación, pero Justo sigue siendo un referente en la radio catalana. Lo importante para que el mensaje sea efectivo no es lo bien que se comunica, sino que se genere un vínculo emocional entre el emisor y el receptor.

En RRHH hablamos de retención del talento cuando la gente dice cuidar de la gente, decimos manager cuando la gente dice director/a o jefe/a, etc. Adaptar nuestro mensaje al receptor no nos convierte en profesionales menos técnicos, sino todo lo contrario. Lo importante es que se nos entienda y que el receptor se identifique con el mensaje que le estamos transmitiendo. El vínculo emocional sólo se consigue estando a la misma altura comunicativa que quien nos escucha.

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