RRHH: Del paintball a los ERES

Hace tan poquito tiempo y han pasado tantas cosas... Nuestra mayor preocupación era la retención del "talento" y la alta rotación de plantilla. Llegamos a confundir satisfacción, motivación y compromiso, llegando a pensar, en algunas ocasiones, que esos tres valores se podían comprar incrementando el salario. A pesar de nuestros esfuerzos, los trabajadores no dudaban en cambiar de una empresa a otra por 20 euros mensuales. Con el tiempo, acabaríamos aprendiendo que la motivación es un aspecto personal sobre el que podemos actuar de forma muy relativa.

En aquella situación nos tocaba ir de "enrollaos", proponiendo todo tipo de iniciativas para que la plantilla estuviera contenta. Muchas eran las empresas que organizaban fines de semana llenos de actividades para la plantilla como tirolinas, rafting, paintball, etc. La correlación entre este tipo de actividades y la productividad nunca ha quedado clara, pero era lo que tocaba.


Ahora todo ha cambiado de forma radical. En lugar de retener, nos preocupa soltar personas porque suponen un gasto que la empresa ya no puede asumir. Ahora toca ser los malos de la película: negociaciones a la baja con los Comités, despidos, EREs, mayor exigencia, recortes, etc.

Es evidente que hemos pasado de un extremo al otro y los extremos no suelen ser buenos. Las reglas del juego han cambiado, pero desde nuestra posición deberíamos recordar siempre que nuestro mayor potencial son las personas y que, debemos ser exigentes para exigir resultados, pero también empáticos y asertivos para cuidar de nuestra gente. No es momento de jugar como los niños pequeños ni de sacar el látigo. Preocupémonos más de tratar a nuestra gente como a personas adultas independientemente de las modas que primen en cada momento.

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