Mensajes populistas

Uno de los nombres más escuchados en los informativos de este verano ha sido el del Sr. Sánchez Gordillo. Este personaje defiende que un mundo mejor es posible. Para ello, crítica todo lo criticable, roba, ocupa terrenos, falta al respeto de los demás, etc. Es posible que tenga razón en alguno de sus argumentos, pero sus formas, a mi modo de ver, se la quitan. De todas formas, espero que su odio hacía cualquier empresa de éxito en este país no ponga en riesgo mi puesto de trabajo, ya que el pago de mi hipoteca depende de una de estas organizaciones. Gracias a ese empleo, puedo contar con un sueldo a final de mes. Se que Gordillo y sus seguidores dirían que el empresario me explota. Afortunadamente, en mi caso al menos, hay un contrato firmado que demuestra que accedí voluntariamente a mis condiciones laborales actuales. Es más, puedo dejar mi empresa cuando quiera, por lo que no creo que podamos hablar de ningún tipo de explotación, sino de un puesto de trabajo que me dignifica y por el que percibo una remuneración a final de mes.



No voy a aportar más datos sobre las ideas de Sánchez Gordillo. Basta con buscar en Google para hacerse una idea de los ideales que defiende este señor (Iphone en mano), basados en las premisas económicas del comunismo más radical, una corriente que parecía haber pasado a mejor vida tras su fracaso en todos los países en los que se había instaurado. En España, los votos obtenidos por Izquierda Unida, partido en el que milita Sánchez Gordillo, supusieron un 6,92% de los votos totales en noviembre de 2011. No son unos resultados de partido mayoritario. Sin embargo, unos meses más tarde, este personaje se convierte en uno de los más populares del país con sus acciones reivindicativas.

En el otro extremo político, otro personaje que también estuvo perseguido por la justicia y es noticia es Mario Conde, condenado a 20 años de prisión por el caso Banesto. Durante los últimos meses, el Sr. Conde da lecciones de ética financiera en Intereconomía, con una capacidad de influencia relativamente importante, y ya ha anunciado su interés en participar en política de la mano del partido Sociedad Civil y Democracia.

Podría poner más ejemplos de discursos extremos y populistas que están teniendo una aceptación importante por parte de la sociedad. Es normal, ya que son como las dietas milagro: prometen grandes resultados con poco esfuerzo. Lo malo, es que tienen otro punto en común: la falta de resultados reales. Como muestra, vean lo que sucedió con Jesús Gil o con Ruiz Mateos.

A nivel social estamos viviendo una situación delicada y nuestras empresas no son ajenas a ello. No en vano, forman parte de la sociedad en la que viven. Nuestros trabajadores están preocupados por mantener sus puestos de trabajo. Los mensajes populistas también van a llegar a nuestras organizaciones, si no lo han hecho ya. Los próximos meses van a ser muy complicados. Es importante concienciarnos y concienciar a nuestros equipos de que sin el esfuerzo que haga que nuestras empresas sean competitivas no habrá resultados, pero que si trabajamos juntos con ilusión, conseguiremos nuestras metas y seremos cada vez más fuertes... ¡Sin duda!

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